Vinos sin Parker

Buenos días amantes del vino, durante los años en los que he podido progresar mi
paladar con la uva fermentada, hubiera agradecido que algún alma me dijera sin
tapujos que podía beber, como debía hacerlo y como adelantar esta carrera mia
con la experiencia que nunca tuve a lo hora de escoger un vino en el corte
inglés. Ahora que Paker se ha convertido un genio ilustrado al otorgar puntos
metáforicos a algún sabor a láctico o a algún olor uva pasa, voy a acercame a
aquellos que buscan algo más que un número y se quieren dejar llevar por una
impresión de tu a tu.Puntuar vinos es interesante, decir lo que piensas de
ellos satisfactorio... pero lo que te va a encantar, sin duda alguna, va a ser
probarlos!


jueves, 17 de octubre de 2013

Solagüen 2005 Reserva. Lágrimas de Labastida

Solagüen Reserva 2005
Después de un impás obligado dentro de los Riojas, hoy nos decantamos por éste viejo aunque bien conservado Solagüen que salió de la recolección 2005. La botella se viste de elegancia para el cliente que quiere disfrutar porque de lo que hay dentro nos gusta todo, hasta el corcho. Lo abrimos y el primer sentimiento que nos recorre es el de intensidad, él ya sabe para que lo hemos invitado y nos quiere conquistar desde la copa. Cuando mancha el cristal muestra capa media/alta con un ribete terracota y una lágrimas muy profundas que llenan sus 14%. En nariz se muestra complejo, con olores a madera nueva, donde predomina la americana con sus caramelos y frutas rojas sin descuidar el encanto de la francesa con sus especies finas donde nosotros destacamos la pimienta. La entrada es suave y aterciopelada, tiene peso aunque no cuesta llevarlo hasta el paso, allí se muestra tan equilibrado que su cuerpo queda sumergido en el disfrute de la fruta roja prensada. Con todo ese sabor contenido por los malabaristas de Labastida, nos encarrila en un final típico riojano, con una acidez bien aderezada con manchas en la boca de fruta roja que reposó en alcohol. Me quedo sin ideas para definir lo mejor de este vino, es uno de esos vinos en los que te ponen en un aprieto si te preguntan por qué te gusta; simplemente te gusta y el repetir la estampita del solagüen en mesa es casi una obligación. Por 9,35 € te desenvuelves por la Rioja, recojes fruta y acompañas a unas chuletillas de cordero a un mundo mejor. Quién tenga una botella que me avise!

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