Vinos sin Parker

Buenos días amantes del vino, durante los años en los que he podido progresar mi
paladar con la uva fermentada, hubiera agradecido que algún alma me dijera sin
tapujos que podía beber, como debía hacerlo y como adelantar esta carrera mia
con la experiencia que nunca tuve a lo hora de escoger un vino en el corte
inglés. Ahora que Paker se ha convertido un genio ilustrado al otorgar puntos
metáforicos a algún sabor a láctico o a algún olor uva pasa, voy a acercame a
aquellos que buscan algo más que un número y se quieren dejar llevar por una
impresión de tu a tu.Puntuar vinos es interesante, decir lo que piensas de
ellos satisfactorio... pero lo que te va a encantar, sin duda alguna, va a ser
probarlos!


lunes, 11 de noviembre de 2013

Arzuaga Crianza 2010. El pergamino de Quintanilla

Arzuaga Crianza 2010
Solían decir que todos los caminos llegan a Roma, lo que no sabemos es cuántos de ellos pasan antes por Quintanilla de Onésimo. Hoy no hay preámbulos, hay vino. Descorchamos un caldo que permaneció 16 meses en madera mixta y esto es lo que pasó: En copa mostraba una capa media/alta con un ribete granate que con contrastes de luz mostraba reflejos de frambuesa; en nariz comienza el desfile de sensaciones, podeis recibir maderas con edad, lácticos hundidos en la fruta roja, especies que huyen de la ciudad para volver a la mata y cacaos junto a nuez moscada como aderezo de un aroma homogeneo. Calórico en olores que densa la fruta madura que lleva dentro. Su entrada es melosa, precavida pero aterciopelada; como dice una mujer que quise conocer: su inicio es como la caricia antes del beso. Durante el paso se hace carismático, con su mezcla de frutas de colores mixtos que no encuentran rival en el Duero; su acidez sube 2 peldaños para tocar el timbre en el apogeo de la expresión del vino, su final es eterno devolviendo a la boca lo que la nariz retuvo. Olerlo te obliga a cerrar los ojos y beberlo te hace reflexionar, porque creí saber y hoy descubrí que no supe nada hasta mi primera botella de Arzuaga. Golpeamos con nuestro guante, con desafio incluido, a cualquier carta que no tenga impresa un vino que nazca de las manos de la familia Arzuaga-Navarro, si falta la consideraríamos incompleta. Por 14,95 € lo recomendamos para los que odian astringencias innecesarias o los que huyen de la acidez, porque es sólo fruta y sobretodo porque después de la caricia siempre llega el beso y este fué de los que enamoran. Pon dónde se va a Quintanilla?

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