White 2011. La verticalidad opuesta

White 2011

El día que seamos capaces de transcribir ,sin adulterar, lo que el vino quiere transmitir será la muerte de las catas técnicas. Hoy, un bodeguero al que la historia le debe unas páginas nos acompaña, y nosotros a modo de telepatía póstuma os dejamos los últimos deseos de una riojana intensa, lo que quiso ser la princesa de Haro... La Viura de CVNE. Nos disponemos a abrir la botella de la que desde la lejanía despunta la etiqueta, que es sincera con amagos de seductora. Al caer en el hueco de la copa vacia, amanece con un amarillo pajizo nutrido con reflejos verdosos; de sus olores destacan las frutas tropicales como la piña incorporando matices de frutas más verdes, y al cerrar el paso de nariz deja un resto herbáceo seco que le da sobriedad. En boca es denso, su peso es contundente sin generar controversia con la boca, amplificando los sabores vegetales, con fondos de fruta de propósitos más adultos. Y ahí, de forma premeditada, el bodeguero le asigna una acidez pronunciada para conmover y recomponer cualquier opinión preconcebida. Antes de la bocina final, toques de heno, hinojo y el mordisco a la yugular de la rama para hacerlo largo y calmar los sabores de cualquier plato de intensidad. Nos gustan los vinos que hablan, los que alzan la voz si procede, pero lo que nos gusta por encima de todo es lo que ha sido capaz de hacer CVNE con un kilo de viura. Su precio que oscila sobre los 6,60 € está muy por debajo de lo que propone; no es sólo un blanco, su etiqueta es una trampa, su sabor quiere cambiar las cosas y demostrar que aunque elijas no seguir recto, puede irte bien. Te imaginas con una botella? Atrévete.