El Bufón 2012. El reino es para todos

El Bufón 2012

Y si cada botella intentara proponernos algo? Todos los que aquí estamos hemos tenido amigos de sábado, amigas de escuchar y amigas de algo más. A priori, creemos saber cuál de ellos es el más importante pero a medida que pasa el tiempo te das cuenta de que para que el círculo diario se redondee los necesitas a todos, desde los que te dejan sabores emocionantes hasta los que en los momentos importantes son capaces de darte su sabor. Hoy, un bodeguero, afincado en La Seca e hijo adoptado de La Católica propone ampliar los días de vino, que vivían aletargados en días de celebración o comidas en las que alguien firma sin pagar él la botella. He aquí, El Bufón de Reina de Castilla para la diversión de la corte: en copa muestra un amarillo de medio tono donde lo verde quiere ser importante con fondos limpios donde no es difícil ver tu reflejo. Frutas tropicales que son revueltas con toques herbáceos de la propia fruta, podéis obtener la misma sensación mezclando trozos de piña con sus propias hojas. La entrada es suave, melosa, sin querer irrumpir la conversación. Su estructura modélica maquilla sin dejar rastro, antes de la mañana o del siguiente trago, de restos de recuerdo. Las frutas que antes olimos de forma sibilina redondean en la boca para dejar un destello de acidez que la boca absorve sin exceso de saliva. Podéis buscar grandes sensaciones o simplemente divertiros, podéis querer horas de conversación o tan sólo una sonrisa, o hacerme caso y simplificar siglos de história en una sola botella. Si todos merecimos ser reyes en una vida pasada, podemos empezar teniendo, por algo menos de 4 €, nuestro particular "El Bufón 2012". Yo, me apunto!

Ribas Negre 2010. Las entrañas de la viña

Ribas Negre 2010

Hoy podríamos haber ido andando, teníamos mas cerca la viña que el supermercado. Como actriz de reparto las copas de fondo y como actor principal el hijo menor de una familia que lleva 3 siglos haciendo vino. Se inicia el destape del vino, del que tenemos un recuerdo cercano. En copa, gana por mayoria absoluta, la capa media/alta con un ribete madurado que se adorna con rubís a los que se les exprime su gota más oscura. En nariz agota los recursos de la fruta roja madura con fondos balsámicos; la madera se presenta como la amiga de la juventud que alternó con francesa y americana. Ya en boca, cuando la entrada lo retiene finge ser lineal y fresco, ya que en el paso magnifica la fruta más en su punto, haciendo del trago un juego que recorren 4 uvas capitaneadas por una mantonegro sin fisuras que retuvo cada centímetro de las raices autóctonas más viejas de Mallorca. De cada persona una filosofía y de cada bodeguero un vino; Ribas propone dejar caer mil hojas y ver como nacen cientos de brotes para aislar una cepa, para de ella, llenar los 0,75 que propone el vidrio. Encarna perfectamente el beber por el disfrute por unos 11 €; con un trago exageradamente fácil y una acidez final que ruboriza a las bocas que aún llevan la L. Lo repetimos, por ser creyentes de la religión que crea este bodeguero; 1 cepa: 1 botella. Ser bueno siempre tiene un porque, quieres algo bueno? CÓMPRALO AQUÍ

White 2011. La verticalidad opuesta

White 2011

El día que seamos capaces de transcribir ,sin adulterar, lo que el vino quiere transmitir será la muerte de las catas técnicas. Hoy, un bodeguero al que la historia le debe unas páginas nos acompaña, y nosotros a modo de telepatía póstuma os dejamos los últimos deseos de una riojana intensa, lo que quiso ser la princesa de Haro... La Viura de CVNE. Nos disponemos a abrir la botella de la que desde la lejanía despunta la etiqueta, que es sincera con amagos de seductora. Al caer en el hueco de la copa vacia, amanece con un amarillo pajizo nutrido con reflejos verdosos; de sus olores destacan las frutas tropicales como la piña incorporando matices de frutas más verdes, y al cerrar el paso de nariz deja un resto herbáceo seco que le da sobriedad. En boca es denso, su peso es contundente sin generar controversia con la boca, amplificando los sabores vegetales, con fondos de fruta de propósitos más adultos. Y ahí, de forma premeditada, el bodeguero le asigna una acidez pronunciada para conmover y recomponer cualquier opinión preconcebida. Antes de la bocina final, toques de heno, hinojo y el mordisco a la yugular de la rama para hacerlo largo y calmar los sabores de cualquier plato de intensidad. Nos gustan los vinos que hablan, los que alzan la voz si procede, pero lo que nos gusta por encima de todo es lo que ha sido capaz de hacer CVNE con un kilo de viura. Su precio que oscila sobre los 6,60 € está muy por debajo de lo que propone; no es sólo un blanco, su etiqueta es una trampa, su sabor quiere cambiar las cosas y demostrar que aunque elijas no seguir recto, puede irte bien. Te imaginas con una botella? Atrévete.

Aquitania 2012 Mencía. Ángeles Negros

Aquitania 2012 Mencía

Imagino que es lo que debería pensar Machín al mirar al cielo; el mismo sentimiento coge de la mano a un bodeguero de Cambados (Pontevedra) para, desde un trono moderno aunque humilde, dar vida a unos blancos que hoy se convierten en tinto porque la Mencía así lo quiso. Algún esquivo debió pensar que se trataba de algún pacto diabólico el que Rías Baixas encontrase una de las uvas más envidiadas de las D.O que la añoran, pero lejos de eso, es el Manto de la Parroquia de Castrelo la que une la viña con lo divino. Ahora sí, la botella está abierta, y cubre desde el fondo hasta el ribete mi copa burdeos. Dispone de una capa media de ribete violáceo con un lagrimeo que regresa rápido a su iris de ojos claros. En nariz, olores nuevos para una mencía más terrenal, con aromas de las venas de la viña sumergidas en la tierra; frutos rojos algo pícaros y la sensación del goteo de lluvia justo cuándo cae, previo paso, por flores o frutas que no pestañean. En Boca presume de juventud con una mencía más presente, con paso ligero sin aristas predominantes y con una ligera astringencia frutal que recuerda su adolescencia. Es primo hermano de los albariño, no sólo en DNI sino también en sangre; el paladar agradece el trago de un caldo de poco peso pero notorio en el trasiego. Bodegas Aquitania crea caldos para paladares exigentes, que a parte del disfrute requieren de profundizan en el trago. Posiblemente sus vinos no os recuerden a ninguno y su monovarietal negro sea único en su especie, así que para probarlo y quererlo, por 7 € aproximados, me remito a mi amigo Joaquín: - Nos sobran los motivos!

Marieta 2012. Fulano y Mengano

Marieta 2012

Los vinos como la vida están llenos de historias. Son las 10,30 de la mañana, nos encontramos en la calle que atraviesa la Velázquez de una ciudad con história romántica; allí un joven, que ronda los 30, pasea y se encuentra con un viejo amigo que no veia desde principios de universidad. Él no quiere charla pero la nostalgia y el empeño de su amigo le obligan a sentarse en un café donde nadie queda de los primeros desayunos de la mañana. Hablaron de todo, de como acabaron los estudios, de amigos en común, de las anécdotas que llenaron sus vidas hasta ese día; y de repente su amigo pronunció su nombre, "que sabes de Marieta?". El Joven suspiró y con la mirada fija en los ojos de su amigo así la describe: Su color era de un amarillo similar al del bronceado de principios de verano, con un tostado limpio y compacto; su aroma embriagador era fresco, te recuerda a la recogida de la tarde y a su brisa, que te obliga a soltar las mangas, lo untaban toques de fruta dulce con lichis que dejas madurar dos días antes de comer. Sus besos descargaban multitud de frutas de terrón, con una intensidad contenida entre la dulzura y una acidez precisa, volvían al recorrido sensaciones contrariadas ya que conjugaba perfectamente las copas con pantalón corto como para las noches de mantel y pedida. Su final era embaucador y difícil de olvidar, sin saber si era por que tú no querías o porque ella no te dejaba. Y llegados a este punto, no pudiendo olvidar la conversación de dos jovenes desconocidos, puedes olvidarlo todo o dejarte seducir por este vino inventado de Martín Códax que creemos que tiene alma. Su coste ronda los 6,90 € y si para este fin de semana buscas una sensación yo te propongo esta: Marieta 2012, nacido en Rías Baixas.

Arzuaga Crianza 2010. El pergamino de Quintanilla

Arzuaga Crianza 2010

Solían decir que todos los caminos llegan a Roma, lo que no sabemos es cuántos de ellos pasan antes por Quintanilla de Onésimo. Hoy no hay preámbulos, hay vino. Descorchamos un caldo que permaneció 16 meses en madera mixta y esto es lo que pasó: En copa mostraba una capa media/alta con un ribete granate que con contrastes de luz mostraba reflejos de frambuesa; en nariz comienza el desfile de sensaciones, podeis recibir maderas con edad, lácticos hundidos en la fruta roja, especies que huyen de la ciudad para volver a la mata y cacaos junto a nuez moscada como aderezo de un aroma homogeneo. Calórico en olores que densa la fruta madura que lleva dentro. Su entrada es melosa, precavida pero aterciopelada; como dice una mujer que quise conocer: su inicio es como la caricia antes del beso. Durante el paso se hace carismático, con su mezcla de frutas de colores mixtos que no encuentran rival en el Duero; su acidez sube 2 peldaños para tocar el timbre en el apogeo de la expresión del vino, su final es eterno devolviendo a la boca lo que la nariz retuvo. Olerlo te obliga a cerrar los ojos y beberlo te hace reflexionar, porque creí saber y hoy descubrí que no supe nada hasta mi primera botella de Arzuaga. Golpeamos con nuestro guante, con desafio incluido, a cualquier carta que no tenga impresa un vino que nazca de las manos de la familia Arzuaga-Navarro, si falta la consideraríamos incompleta. Por 14,95 € lo recomendamos para los que odian astringencias innecesarias o los que huyen de la acidez, porque es sólo fruta y sobretodo porque después de la caricia siempre llega el beso y este fué de los que enamoran. Pon dónde se va a Quintanilla?

Ermita D´espiells 2011. Los Domadores de la Xarel·lo

Ermita D´Espiells 2011

Hoy zarándeamos a los historiadores para remontarnos a 1960, allí nace una idea y una d.o. , penedés se llama y quiere ser distinguida. La filoxera quiso protagonismo antes de eso, y después de renovar las variedades que hoy mandan, los bodegueros se apoyan en "el trio de las del cava" para crecer no sólo en el espumoso por definición, sino también en los blancos que de los racimos más delicados extraen la finura que desea cualquier dulcinea; siendo ella este blanco y yo la boca que la quiere. Hoy pudo ser cualquiera, pero es Juve y Camps, quién da seriedad a la comida con su blanco encerrado en un vidrio que quiso ser trapecio. Ya en copa, pudiera ser un blanco con un romance efímero de amarillo, muy pálido y brillante, siendo sus reflejos los que dominan la vista. En nariz los olores a uvas de cava, los amagos de frutas blancas algo ácidas y alguna flor donde predomina lo verde, lo hacen delicado. En boca es untuoso, con una entrada suave que nos trae un recuerdo a la memoria, ya que nuestra boca reconoce el sabor pero añora el burbujeo. Una vez asimilado nuestro desliz mental, se adueña de la boca una sensación de vino estructurado, donde la sequedad que quiso la Xarel·lo lo tradujo en un trago más intenso sin llegar a ser aspero. El bodeguero ha sabido combinar la fragilidad aromática con una intensidad sin despuntes que gusta al que bebe. Hay que invertir 7 € para darle otra utilidad a un blanco, él viene de Sant Sadurni de Anoia y no entiende de restricciones. Vinos que quieren ser lo que son.

Ostatu Reserva 2008. La edad de la Inocencia

Ostatu Reserva 2008

Puede ser que lo mejor de esta nota de cata sea el título o que lo mejor de este vino sean sus terciarios en nariz pero si me das una cuántas líneas, te convenzo de que existe algo más. Hoy Bodegas Ostatu, nos hace llegar un hijo reserva de la rioja alavesa; ayer sabíais cuando nació y hoy sabréis como ha crecido. Carne roja manchando el plato mientras mi descorchador de dos tiempos rompe los obstáculos para llenar las copas. Allí encontramos un caldo de capa alta de ribete picota que no quiere rivalidad con el violáceo; lo acercamos a la nariz y quisimos parar ahí, nos emocionó. Verdad fué que recibimos toques de regaliz fino, su mermelada de frutos rojos fué notable o sus destellos de vainillas y canelas eran adornos de olor, pero prometemos no engañaros porque si cerráis los ojos podéis recibir el mismo perfume de la barrica recién tostada salida de la tonelería, sólo por eso mereció la pena invitarlo a la cena. Pero aún hay más... En boca propone entrada densa, con una melosidad que embauca el paso devolviendo a la boca recuerdos de fresones hechos compota que exprimen sus gotas para darle edad a este vino. Son 3 pasos y 3 sensaciones donde la intensidad va creciendo hasta el salivado en el que desembocan sus taninos equiláteros con la acidez de samaniego. Es un maduro de 50 con las ganas de vivir de un joven; la intensidad en el vino como en la vida no lo es todo y pagar 14 € por emocionarte durante una cena es el mínimo desliz que debe cometer un amante del vino. Si tienes más de una botella, deja alguna reposar unos meses, su evolución puede ser asombrosa. Beber y Samaniego de la mano de Ostatu.