Añares Reserva 2006. De las entrañas de Rioja

Añares Reserva 2006

Se nos propone en mesa este vino Riojano, con bandera de Logroño y con la barrica de 18 meses de roble americano que esta noche se pretende. Se trata de un caldo semi-comercial, más por su hermano de crianza en el que buscamos volver a un recuerdo de cuando empiezas a probar. Ya sabíamos como era, ahora queríamos disfrutarlo. Y en el arte de disfrutar es indispensable descorchar, así que empecemos con colores y olores. Era un rojo desgastado por la edad, ciertos destellos brillantes con el ribete amenazando un anaranjado. Su olor contagiaba madera de antaño, principalmente madera aunque se dejaban notar tintes balsámicos, especies y mucha fruta; su final era tan obvio como inciso. Y si os gusta en nariz, no debiérais dejarlo ahí; copa tumbada y en boca retrocedemos nuevamente a la madera, con un punto de acidez por encima de otros riojas de la añada, con una entrada suave, un paso agradable y notorio, y lo mejor de este vino: un postgusto frutal sabroso, envolvente y descarado. Lo que fue bueno a la entrada se convirtió en notable al final. Es verdad que la carne marcó el paso pero el final de este vino fué lo que nos sedujo. Por 10,20 € diréis una obviedad. Cuanta uva por dios, cuanta uva.

Emina 2011. De la palidez a la fruta

Emina 2011

Un domingo cualquiera con un Rueda que asistió a la cita con lo que tuvo. Hicimos una paella con sabores a mar y buscabamos un vino que hiciera agradable el paso con algún matiz de intensidad. En este caso en el primer contacto con la copa apreciamos un color muy tenue aunque brillante, los olores fueron apareciendo a medida que el vino se calentaba en copa con una ligera apreciación a matices de cava, si cerrais los ojos puede recordaros a un semi-seco, luego se iba traduciendo en fruta tropical, la imaginación es infinita así que diremos plátano, incluso melocotón. En boca era sensato, refrescante con un sabor no discordante con su color; seguía con los matices que nos propuso en nariz, con ligera acidez final y un regusto herbáceo. Nos pareció agradable, creo que será propuesto para ensaladas, carnes blancas, entremeses o directamente primeras copas antes de comidas con mucho sabor. Nos costó 3,25 €, un Rueda puede no enamorarte en una primera cita aunque nunca te miente, y por ese precio le daremos una segunda cita. A ver que pasa!

La Bienquerida 2008. Buscando la redondez

La Bienquerida 2008

A quién le guste que levante la mano; y es que empiezo a pensar que el Bierzo se está empezando a postular en un hueco de honor en el mundo del vino. Creo que ya lo dije en alguna ocasión: Qué nos da mencía que nos gusta tanto? Pues ahora nos toca averiguarlo, lo abrimos y no seguimos el consejo de decantarlo, luego dimos cuenta que sus posos merecían ese paso previo; el color era un rojo púrpura casi negro que no dejaba transpirar la luz, y fué en sus pequeños matices en nariz cuando se produjo el flechazo... Olores a madera nueva, complejidad frutal y tintes caramelizados. Que bueno fue someterlo a la retronasal, qué sensación a fruta madura prensada. En boca se destapan la esencias, quizás era intenso pero es que su sabor tan elaborado y nutrido lo apaciguaba, notando desde la entrada hasta que la garganta lo digeria una sensación de estabilidad y equilibrio. Fué un caldo con una suavidad compleja, esa noche podríamos haber cenado vino. Alimentaba, sabía y olía. Muy recomendable para quién duda de probar el vino; cualquier comida será secundaria con este caldo macerado. Disfrutar te costará 27 €, beberlo poco más de una hora. Sólo hay 3000 botellas, busca la tuya.

Comoloco 2011. Bienvenido a la cena

Comoloco 2011

Aquí se nos presenta este Jumilla de las bodegas consagradas de Juan Gil, se trata de un joven sin barrica con una graduación a reseñar, ya que posee 15%, algo poco usual. Lo abrimos con la función de maridar una carne roja, tenía que acompañar y lo demás ya estaba hecho. En copa era de olores frutales maduros y florales de intensidad media; y al empezar a beberlo nos impresinó su prudencia y modestia dentro de sus sabores notables en todo el paso, con un final que superaba la intensidad antes prevista. Cuando un vino te aporta mucho en boca sueles hacer un receso antes de seguir bebiendo, en este caso el vino te llenaba de sensaciones y sin haber olvidado el regusto, la copa ya estaba, de nuevo, cerca de los labios. El vino no quiso ser importante por quién era sino por dejarte con ganas de más cuando la botella estuvo vacia. Lo recomiendo como si fuera mio; os puede valer por su estabilidad para pastas y carnes suaves, pero es que su travesura y regusto final hacen que defienda bien carnes de mayor intensidad. Lo conseguis por 5,80 €. Buscadlo y bebedlo.

La llave Roja 2011. Marca blanca of Carlos Plaza

La LLave Roja 2011

Están de moda los nombres enigmáticos a la hora de elaborar una segunda marca que apoye la dinámica de venta de algunos bodegueros con vinos consolidados en el mercado más por nombre que por botellas vendidas. Aquí tenemos este vino ,con virtud de pseudonimo, que merodea nuestro olfato con frutos rojos intensos y un ligero aroma a madera, que no existió en boca porque tampoco existió en el proceso. Al probarlo, decidimos volver a probarlo, a así sucesivamente hasta encontrar una constancia frutal notable, con tintes de dulzura y pese a no tener una intensidad alta nos dejaba un sabor que permanecía en boca hasta que la grasa de la paletilla de cebo lo eliminaba para volver a empezar este ritual tan agradable. Es idílico para aperitivos, para tomar una copa cuando esperas al hambre o cuando quieres juguetear con un vino con espíritu de bayas del bosque. Sus 4,20 € lo convierten en un joven sensacional para cualquier ocasión. Danos tu vino, Extremadura.

Viore 2011. A que huelen las flores?

Viore Blanco 2011

Pues aquí estamos volviendo a los blancos por definición, a los blancos de Rueda. Tenemos un bogavante, tenemos arroz bomba y tenemos hambre...Ahora buscamos sabor. En este caso, elegimos este vino, que ya habíamos probado en anteriores ocasiones por sus prestaciones de intensidad media aunque persistente y su embriagadora carga floral. No todo el mundo lo ha probado, pero sois pocos los que no habeis olido las flores blancas del campo y el rocío mañanero de la pretemporada de primavera, pues esa es la sensación que vais a notar tanto en nariz como en boca; cosa que lo define como vino franco. Es un vino algo tímido a la entrada, envolvente en paso y con regusto frutal y floral notable. Es por lo tanto, una adquisición muy interesante, y lo mejor es que para oler el campo que la ciudad nos esconde solo tenemos que desembolsar unos 3,90 €. Aconsejamos darle un punto más de frío que a otros blancos para controlar su sabor durante toda la comida. No querréis ver vuestra copa vacia.

Habla Del Silencio 2011. Más fama que cuerpo

Habla del Silencio 2011

A menudo te dejas influenciar por el precio y casi siempre por lo comentarios de otros que también tienen boca y también probaron este Habla del Silencio. Las impresiones por lo que habíamos leído eran alentadoras y la botella, con el corcho aún en su sitio, hacía presagiar un vino excepcional. Y a partir de ahora empieza la verdad sobre este vino: su olor era variado, disperso entre mucha fruta y dulces varios, con notoriedad media de su estancia en barrica durante 6 meses. Resaltamos mucho su ligereza extrema en boca, la potencia que era promocionada era muy secundaria; era mucho más parecido a un Rioja con un fuerte equilibrio que a un vino extremeño con ganas de sorprender. Se demarca claramente como un vino moderno con grandes impresiones en nariz, que se apacigua y se vence por su rectitud en todo el paso por boca. Lo mezclamos con un T-Bone, fué un maridaje plácido. Sus 10 €, lo definen como un vino caro dentro de los equilibrados o barato dentro de los modernos. Quién da más?

PQ Primicia 2010. Sabor a Extremadura nueva

PQ Primicia 2010

Siempre intentamos buscar nuevos sabores, poder describir nuevas sensaciones; para los amantes del vino es mejor encontrar algo distinto que algo que te gusta. Y en este caso este caldo Joven de Bodega nueva con barrica mixta nos ofrece características muy específicas de los Ribera del Gudiana que despierta sabores alternativos aunque poco notables. Y ahora dejémonos de letras y descorchemos :su intensidad arómatica fué media/baja con claros tintes lácticos y especies. La entrada era sencilla y amable,aunque remarcando una acidez pícara, y solo a media entrada tuvo un cuerpo definido,encontrando en este tramo su complejidad; evaporando su amplitud moderada en un final sencillo aunque curioso. La barrica mixta estuvo más en nariz que en boca aunque asistió con solvencia al solomillo de vacuno que llenaba la mesa. Sus 7,50 € de precio lo convierten en un ideal para todo aquel que esté cansado de uva Tempranillo Riojana o algún Ribera con galones. En este caso descubrimos, que no es poco!